Náuseas y pesadez en Barcelona: cuándo pensar en desequilibrios
En Barcelona es muy habitual escuchar: “No tengo hambre”, “Todo me sienta pesado”, “Voy con náuseas casi todo el día”.
A veces lo atribuimos al estrés, al calor, a “una mala racha”… y vamos tirando. Pero cuando las náuseas, la pesadez y la falta de apetito se mantienen en el tiempo, conviene preguntarse si hay un desequilibrio digestivo de fondo.
Si has buscado “náuseas digestión Barcelona” o “falta de apetito Barcelona”, este artículo es para ti.
No es solo “que no te apetece comer”: señales a las que prestar atención
Puede tener sentido pensar en un desequilibrio digestivo cuando, de forma repetida:
- Te levantas sin hambre o con sensación de náusea.
- Comes poco y aun así sientes pesadez durante horas.
- Notas asco o rechazo hacia la comida, incluso hacia alimentos que antes te gustaban.
- Tienes náuseas ligeras pero constantes, sin llegar a vomitar.
- Cualquier comida un poco más copiosa te deja “KO” el resto del día.
Si esto te pasa varios días a la semana, tu cuerpo te está diciendo que algo en tu digestión no está funcionando bien, aunque las pruebas médicas salgan “normales”.
Causas frecuentes de náuseas, pesadez y falta de apetito
Desde la Naturopatía y la Kinesiología Holística, estas tres señales suelen aparecer juntas cuando hay uno o varios de estos factores:
1. Estómago e hígado sobrecargados
Cuando el estómago y el hígado están en estrés:
- La digestión se vuelve más lenta.
- La comida permanece más tiempo del necesario.
- Aparecen náuseas, pesadez y sensación de “no tener sitio”.
Esto es frecuente en personas que:
- Han pasado por épocas de comidas pesadas, alcohol o medicación.
- Comen tarde y se acuestan con el estómago lleno.
- Viven con mucho estrés y comen rápido, sin masticar bien.
2. Mucosa digestiva irritada
Si la mucosa del estómago o del intestino está irritada:
- Te vuelves más sensible a ciertos alimentos (grasas, fritos, café, alcohol…).
- Cualquier exceso se traduce en malestar y rechazo a la comida.
- Puedes sentir náuseas incluso con comidas ligeras.
No siempre hay una lesión visible en las pruebas, pero tú notas que tu digestión “no tolera casi nada”.
3. Flora intestinal desequilibrada
Un intestino con flora alterada puede dar:
- Hinchazón y gases.
- Pesadez después de comer.
- Sensación de “intestino sucio” o saturado.
Cuando el cuerpo percibe que el sistema digestivo está saturado, es frecuente que baje el apetito como mecanismo de protección.
4. Estrés, ansiedad y emociones
En Barcelona es muy frecuente ver náuseas, pesadez y falta de apetito en personas que están pasando por:
- Estrés laboral intenso.
- Preocupaciones familiares o económicas.
- Momentos de ansiedad, miedo o tristeza.
El cuerpo, en modo alerta, manda la señal de “no es momento de digerir”, y eso se traduce en:
- Estómago cerrado.
- Rechazo a la comida.
- Náuseas cuando intentas comer o justo después.
5. Cansancio profundo y falta de energía
Cuando el cuerpo está muy cansado:
- Prioriza funciones básicas.
- Reduce el apetito.
- La digestión se vuelve más lenta y pesada.
Aquí las náuseas y la falta de hambre son una forma de decir: “No tengo energía para digerir tanto”.
Cuándo conviene ir al médico primero
Aunque yo trabajo desde la Naturopatía, hay situaciones en las que es importante que te valore un médico antes de cualquier enfoque natural, por ejemplo si:
- Las náuseas son muy intensas o aparecen de forma repentina.
- Hay vómitos frecuentes.
- Pierdes peso rápido sin explicación.
- Hay dolor abdominal fuerte, fiebre o sangre en heces.
En estos casos, lo adecuado es acudir al médico o a urgencias para descartar problemas que requieren atención sanitaria inmediata.
Si ya te han hecho pruebas y te dicen que “todo está bien”, pero tú sigues con náuseas, pesadez y falta de apetito, entonces sí tiene sentido valorar un posible desequilibrio digestivo funcional.
Cómo abordo estas molestias en consulta en Barcelona
Cuando alguien llega a consulta con náuseas, pesadez y falta de apetito, el enfoque suele incluir:
1. Anamnesis completa
Hablamos de:
- Desde cuándo tienes estos síntomas y cómo han evolucionado.
- En qué momentos empeoran (mañana, noche, después de comer, con estrés…).
- Qué pruebas médicas te han hecho y qué te han dicho.
- Cómo comes: horarios, velocidad, tipo de alimentos.
- Tu nivel de estrés, sueño y energía.
2. Valoración con Kinesiología Holística
Con el test muscular valoramos:
- Estómago, hígado e intestinos.
- Mucosa digestiva (irritación, inflamación).
- Flora intestinal.
- Carga de tóxicos o medicación que pueda estar afectando.
- Influencia del estrés y las emociones en tu digestión.
Esto ayuda a ver qué está sosteniendo las náuseas y la falta de apetito en tu caso concreto.
3. En algunos casos, Biorresonancia Mora
Cuando tiene sentido, la Biorresonancia Mora permite:
- Afinar la valoración de flora y sobrecargas a nivel energético.
- Ver el nivel de estrés en hígado y sistema nervioso.
- Valorar compatibilidad con ciertos alimentos o suplementos.
4. Plan de acción personalizado
Según lo que se detecte, el plan puede incluir:
- Ajustes alimentarios suaves: texturas, cantidades, horarios y tipos de alimentos que tu sistema digestivo tolere mejor.
- Apoyo con plantas medicinales y suplementos específicos para estómago, hígado y mucosa.
- Estrategias para regular el sistema nervioso si el componente emocional es importante.
El objetivo es que poco a poco:
- Vuelvas a tener algo de apetito.
- Disminuyan las náuseas.
- Las comidas dejen de ser un momento de malestar.
Señales de que puede haber un desequilibrio digestivo (y no solo “una mala racha”)
Conviene pensar en un trabajo más profundo si:
- Llevas semanas o meses con náuseas, pesadez y falta de apetito.
- Has perdido el placer de comer por miedo a cómo te vas a encontrar después.
- Ya te han dicho que “las pruebas están bien”, pero tú sigues igual.
- Notas que tu estado de ánimo y tu energía están bajando.
En estos casos, no se trata de obligarte a comer más, sino de entender qué está pasando en tu sistema digestivo y acompañarlo para que recupere su equilibrio.
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